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Saturday, April 23, 2016

TENGO CONMIGO





Quizás no es en vano que cada invierno el bosque es traído a nuestras puertas cubierto con liquen. Incluso en una forma tan modesta como una pila de leña contiene sermones para nosotros.


HDT

Diario 26 de septiembre de 1852


“En una ocasión un poeta casi lo consigue, aunque en otro contexto: “El extraño fósforo de la vida, carente de nombre, bajo una antigua denominación falsa.”



Así que ahora estoy sentado en medio de lo que no tiene nombre, el verde fósforo  del árbol, y me veo rodeado de multitud de impenetrables denominaciones falsas. Si vine aquí fue solo para asegurarme, y no para tratar de describir nada, ya que no puedo hacerlo. Si lo hiciera, únicamente conseguiría emplear apelativos artificiales y falsos. Quería estar seguro de que lo que he escrito no es una mera elucubración, la alucinación de un extenso estudio, algo producido “in vitro”, tan epifita respecto a la realidad como los helechos respecto a las ramas que se extienden sobre mi cabeza.


Todo esto, esta ausencia de nombre se produce independientemente de toda nuestra ciencia y de todas nuestras manifestaciones artísticas, ya que su secreto consiste en ser, no en decir. Para nosotros, esta realidad resulta inmensamente valiosa dado que no se puede reproducir, y su existencia solo puede ser aprehendida por otro ser que se encuentre presente ante ella, a través de sus propios sentidos y su propia conciencia. Cualquier otra experiencia de la misma que se celebre por medio de un duplicado o una réplica, por medio de una imagen concreta, de una palabra “ajardinada”, a través de otros ojos y de otra mente, la traiciona. La elimina. Y es aquí donde se encuentra el consuelo de la naturaleza, su mensaje que se extiende mucho más allá del estricto universo particular del bosque de Wistman. Únicamente de una manera personal, de una manera directa, podemos llegar a conocer la realidad natural en su propio presente. Nadie puede comprenderla a través de otro. Ni siquiera parcelándola. Sólo se puede llegar a ella  a través de uno mismo. Cada uno por sus propios sentidos. Y esto es algo que todavía tenemos que asimilar: esa inalienable alteridad de cada ser, humano o no humano, que puede parecer una prisión, pero que es en el fondo, en lo más profundo de esos millones de árboles metafóricos por los que no podemos ver el bosque, la justificación y la redención.”





I have with me
all that I do not know
I have lost none of it

W.S. Merwin, from The Shadow of Sirius, 2009, published by Copper Canyon Press


Diario 26 de Septiembre de 1852
Los crecientes tintes amarillos y rojos alrededor del soto y el río me recuerdan la apertura del brote de una flor más vasta; ellos son los pétalos de su corola, que tiene la anchura de los valles. Es la flor del otoño, cuyo brote expansivo empieza a despuntar.
 
HDT
 
(Primera vez aquí, 7 de octubre de 2012)

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