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Saturday, December 06, 2014

NO HAY RAZON PARA ENVIDIAR AL HIJO DE PUTA




DIARIO 29 DE DICIEMBRE DE 1841

Uno no aprende pronto el comercio de la vida. Que uno pueda sacar adelante una verdadera vida requiere más arte y habilidad delicada que cualquier otro trabajo. Necesita tanto los finos dedos de mujer como la dura mano del granjero. El trabajo diario demasiado a menudo endurece el pericarpo del corazón tanto como la mano. La gran familiaridad con el mundo debe manejarse hábilmente, para que no se salga con las suya y nos prive de alguna susceptibilidad. La experiencia nos priva de nuestra inocencia y la sabiduría de nuestra ignorancia. Permítasenos elegir en el mundo sin aprender sus caminos. Semanas o meses enteros de mi vida veraniega se esfuman en finas capas como niebla o humo hasta que una mañana cálida quizás  veo un lienzo de niebla llevada desde el arroyo al soto, su sombra a través de los campos, que adquiere un nuevo significado de tal accidente y como tal vapor es elevado sobre la tierra, así las semanas siguientes serán elevadas sobre el plano de las actuales; o cuando el sol que se pone cae inclinado a través de los pastos y las vacas mugen a mi oído interior y solo realzan la calma, y el ocaso es como el orto, una hora que comienza y no una hora final, como si nunca terminara, con su claro ámbar de poniente incitando a loa hombres a vidas de pureza tan límpida. Entonces brillan otras partes de mi jornada de trabajo que las que pensé al mediodía, porque descubro el verdadero propósito de mi carga, como cuando el agricultor ha alcanzado el final del surco y mira atrás puede decir de la mejor manera dónde la tierra arada brilla más. Toda verdadera grandeza discurre de la misma manera nivelada y es tan sin propósito como el arado en el surco. Usa el vestido más común y habla el lenguaje más común. Su tema es líneas de roció y tela de araña, johnswort y loosetrife, porque nunca se ha apartado de su reposo y es por completo ignorante de cosas ajenas.





El cielo es el lugar más adentro. Los que tienen el bien no tienen que viajar lejos. ¡Qué ánimo no podemos obtener del pensamiento de que nuestros trayectos no divergen y que no fuimos desviados, sino que tal como la red del destino se tejió se encuentra completa y somos dispuestos más y más en su centro!.Y nuestros destinos incluso son sociales.



Ninguna sabiduría puede tomar el lugar de la humanidad, y yo la encuentro en el viejo Chaucer que ama los sonidos más largos y que rima mejor que algunos de Milton o Edmund. Desearía que pudiera ser tan sereno como es Dios. Puedo convocar a mi mente la hora estival más serena en la que la cigarra canta sobre los gordolobos, y hay un valor en aquel tiempo cuya memoria es armadura que puede sonreír a cada golpe de la fortuna. Un hombre debería salir de la naturaleza con el canto del saltamontes y el trino del veery resonando en su oído. Estos sonidos terrestres solo morirán durante una estación, como las cuerdas del arpa vibran y resuenan. La muerte es aquella expresiva pausa en la música del estallido. Yo sería tan limpio como vosotros, bosques. No descansaré hasta ser tan inocente como vosotros. Sé que antes o después lograré una inocencia sin mácula, porque cuando considero tal estado, incluso ahora, estoy encantado. Si fuéramos suficientemente sabios deberíamos ver cuál es la virtud con la que estamos endeudados por cualquier momento más feliz que podamos tener; sin duda que la hemos ganado alguna vez. Estos movimientos ubicuos en la naturaleza deben ser seguramente las circulaciones de Dios.  



La vela desplegada, el arroyo que fluye, el árbol ondulante, el viento que sopla- ¿En qué otro lugar su infinita salud y libertad?.No puedo ver nada tan propio y santo como el ejercicio no relajado y jovial en este retiro que Dios ha construido para nosotros. La sospecha del pecado nunca alcanza a este pensamiento. Oh, si los hombres sintieran esto nunca construirían templos de mármol o diamante, sino que sería sacrílego y profano, y se ejercitarían siempre en este paraíso. En el día más frío él se funde en algún lugar. Parece que solo una cualidad, un pequeño incidente en la biografía humana debe decirse o escribirse en algún lugar para que todos los lectores pueden perseguirlo locamente, y para que el hombre que lo hizo sea considerado un semidiós por ello.




Lo que todos nosotros hacemos, nadie puede decirlo, y cuando algún hablante afortunado profiere una verdad de nuestra experiencia y no de nuestra especulación, pensamos que debe haber tenido para ayudarle las nueve Musas y las tres Gracias. Me puedo alargar mucho cuando vengo a la respiración de Chaucer; y pienso “Bien, yo podría ser el amigo de este hombre”, porque él caminó en aquel lugar común y retirado en el que yo lo hago, y no fue demasiado bueno para vivir. Me siento apenado cuando se destacan hechos no viriles que pudiera haber cometido, porque ello resta de su respiración y humanidad.

HDT

(traducción Guillermo G.Ruiz)

(PRIMERA VEZ AQUI EL 27 DE ENERO DE 2013)

"Ni la sospecha ni la certeza del pecado" pueden alcanzarlo, porque en verdad no hay razón para envidiar al hijo de puta.



En verdad,

No hay razón para envidiar al hijo-de-puta, justamente porque la envidia es el cuarto rasgo distintivo del hijo de puta. El hijo de puta vive preocupado, roído por la envidia; el deseo del hijo de puta es que nadie llegue a estar nunca en medio de lo nuevo, de lo bello, de lo agradable, porque eso da satisfacción a quien allí está; que nadie hiciese nunca nada nuevo, bello, agradable, pues eso viene a alterar el orden de las cosas, y el hijo de puta solo se siente a gusto cuando las cosas están en orden y él al frente de ellas. Por eso todo cuanto los demás hacen le inquieta y le preocupa, por eso también al hijo de puta le gusta hablar mal de todo cuanto es nuevo, bello y agradable, pone en duda todo cuanto le causa sorpresa; se siente presa de la novedad, le gusta hablar mal y poner en duda, le gusta rebajar, destruir todo cuanto es nuevo, bello y agradable, le gusta lanzar la desconfianza, la sospecha sobre todo cuanto es nuevo, bello y agradable, le gusta derribar, dañar, no dejar hacer todo cuanto es nuevo, bello y agradable. El lema del hijo de puta es

que nada se destruya, que nada se cree, que nada se transforme.



(…)

En verdad, la vida de hijo de puta

solo es verdaderamente comprensible en función de la muerte

(…)

En verdad el hijo de puta no vive para la vida, solo vive para la muerte, vive para después de la vida y por tanto para la muerte

(…)



Y por eso,

sí, por eso mismo le preocupa por encima de todo la visión de los que no viven para después, sino solo y siempre para ahora.”






DIARIO 22 DE JUNIO DE 1840



Lo que un hombre sabe, eso hace. Cuando somos perturbados por el vicio expresamos una simpatía vinculada a él. La seca podredumbre, la herrumbre y el tizón no perturban a ningún hombre porque ninguno está sujeto a ellos.



HDT



(Traducción Guillermo Ruiz)





¿No será el poema la mitad de la vida, y la vida la otra mitad del poema?. Mitades irreconciliables y presentes lado a lado como elementos sueltos de una alquimia imposible: la fusión de los dos, del discurso poético y la vida, crearía tal vez la totalidad. Así, en la poesía está presente por encima de todo la consciencia de una ausencia: la ausencia de la pérdida de unidad primordial, en la que ningún discurso es necesario.



(A magia que tira os pecados de mundo)





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